Emiliano Zapata nació en Anenecuilco, Morelos, en 1879 y murió tiroteado en Morelos el 10 de abril de 1919. Fue el penúltimo 10 hijos de Cleofas Salazar y Gabriel Zapata, un hacendado mestizo que entrenaba caballos. Quedó huérfano a los 17 años de edad. Los que lo conocieron en su niñez cuentan acerca de una experiencia que por siempre marcó su vida: cuando Zapata tenía 9 años, vio a su padre llorar porque la autoridad injustamente se había adueñado de las tierras comunales de su pueblo. Zapata juró que esto no sucedería de nuevo, y que recuperarían las tierras perdidas. La reforma agraria fue su meta desde entonces. Desde muy joven, Zapata se destacó por sus cualidades de liderazgo y su amor por los caballos; su mayor placer consistía en cabalgar sobre el lomo de su caballo preferido usando botas y espuelas nuevas y de buena calidad. A pesar de ello, Zapata nunca perdió su sencillez. Hablante de náhuatl y de español por igual, el dirigente revolucionario gozaba de un gran respeto por parte del campesinado del sur. En 1897 Zapata fue arrestado por participar en una protesta contra la usurpación de tierras campesinas. Al ser perdonado continuó agitando a los indígenas de la región, por lo que fue incorporado al 9° Regimiento del ejército, bajo el mando directo de Ignacio de la Torre, yerno del presidente Díaz. En 1909 fue elegido presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco. Pocos meses después, concurrió a una reunión en Villa de Ayala donde comentó el Plan de San Luis, y el 10 de marzo de 1911, también desde Villa de Ayala, se lanzó a la lucha revolucionaria junto con otros 72 campesinos. Su consigna, "tierra y libertad", ha sido quizá la más famosa de sus frases. Mientras tanto, la Revolución Mexicana llegaba a su apogeo. Francisco I. Madero, un terrateniente del norte, había perdido las elecciones de 1910 frente al dictador Porfirio Díaz y huido hacia Estados Unidos, donde se proclamó presidente y retornó a México. Zapata decidió apoyar a Madero, y en 1911, sitiaron la ciudad de Cuautla y cerraron el camino hacia la Capital. Una semana más tarde, Porfirio Díaz huyó del país y designó a un presidente sustituto. Mientras tanto, Emiliano Zapata y un ejército de 5 mil hombres tomaron la ciudad de Cuernavaca, Morelos.